Ya sabéis que últimamente me gusta expresarme escribiendo,
hoy quiero publicar algo que escribí hace meses, cosas que ya no siento igual y
de las que me siento orgullosa por la forma en las que la he superado y lo
maravillosa que es mi vida ahora.
Hoy no cambio ninguno de mis sentimientos vividos porque
todos ellos me han llevado a ser la persona que soy ahora y aunque haya rencor
en mis letras, eso forma parte de mi pasado, de mis vivencias y de mis batallas
ganadas.
“Me siento aquí delante de una hoja en blanco con el profundo
deseo de llenarla de letras, de frases que expresen exactamente todas y cada
una de las sensaciones que tengo en mi.
Cada día abro mis ojos, sin que suene ninguna clase de
alarma, y siento tu abrazo sobre mi espalda, siento tus besos sobre mi hombro,
siento tu aroma, tu corazón latiendo fuerte, oigo tu voz dándome los buenos
días y deseando que el día sea lo mejor que podamos crear, siento tu
respiración en mi oreja y tus susurros diciendo todo lo que me quieres y que lo
vas hacer toda la vida; luego es cuando despierto, aun estando ya despierta, y
vuelvo a la realidad que no es otra que nuestra cama vacía, que tu aroma ya no
existe y que todos esos besos, abrazos, sueños caricias y te quieros ahora se
los das a otra persona.
Si es duro escribir estas letras, que sí lo es, aún más duro
es vivirlas cada día desde que te fuiste.
Te fuiste sin apenas despedirte, creo que sin apenas pensarlo
y aun no sé qué te ha pasado…no logro entender que te mantenía aquí conmigo o
que tal infeliz has sido para salir corriendo así, huyendo. Claro está que no podías
huir sola y has esperado a tener una compañera que te de la mano.
Recuerdo tantas cosas…tantos detalles, que no me cuadran por
supuesto. Recuerdo como días antes me dejabas notitas en nuestro mural, en ese
que nos poníamos cosas lindas que nos hicieran sentir bien, en eso consistía.
Recuerdo que recortaste en papel el día de nuestra señalada
boda, ese día tan perfecto que juntas escogimos para unirnos la una a la otra
para siempre.
Recuerdo que fantaseábamos con si sería un crucero o un viaje
planificado, recuerdo que teníamos claro que sería el viaje perfecto. También
recuerdo que sería la boda perfecta, que tendríamos todo lo que queríamos tener
e incluso estaría quien quisiéramos que estuviera, siempre decíamos “solo nos
vamos a casar una vez en la vida”.
También recuerdo las promesas, esas que ahora se ha llevado
el viento, y que con el tiempo serás capaz de prometer a otras personas.
Promesas que jamás creí que tú las olvidaras, ya no digo que no las cumplieras
sino que las traicionaras a ellas y a tu palabra a tal nivel que ni tu creo que
te creas lo que has sido capaz de hacer.
No eres la única que ha cometido errores, no te voy a dar esa
carga, yo también he tenido los míos, uno de ellos ha sido amarte tanto que no
pude notar cuando se rompió ese hilo entre nosotras, ese que yo creía
irrompible, que lo veía ya eterno junto a ti, como se suele decir, hasta que la
muerte nos separe…
No sé en qué momento te distanciaste de mí, o si llegaste a
hacerlo. Sigo pensando que esto no es
verdad, sigo creyendo cada día que nada ha ocurrido, sigo soñando con nosotras,
con nuestros besos nuestros sueños y nuestro pasado. Sigo negando que haya sido
todo así, de esta manera tan cruel y ruin, de esta forma que me ha destrozado
el alma y los sueños. Sigo imaginando nuestro encuentro en aquel lugar,
rodeadas de todas las personas que nos quieren y a la vez tu y yo solas
caminando hacia “un pá siempre contigo”.
Me has roto el amor, has conseguido que no sea capaz de creer
en él, ni siquiera creo en el amor que decías que tenías por mí. Tampoco creo
que tengas amor ni siquiera por ti misma.
Me has destrozado la confianza que se puede tener en otra persona,
en la persona amada, pienso que jamás podre confiar en nadie más, pues fuiste
la persona en la que más confiaba y me has fallado de la noche a la mañana. Me has mentido cuando decías
que me amabas, que me querías, que seriamos muy felices juntas, que querías
tener hijos e incluso hablábamos de la educación que le queríamos dar.
Me has hecho trizas los sueños, los de crear algo en común no
me creo capaz de volver a crear nada con nadie como lo hice contigo, no, y
tampoco quiero .
Me has quemado las ganas de luchar, las ganas que uno posee
de luchar por alguien a quien ama, me has demostrado que eso no existe, que has
preferido luchar por alguien con quien no tenías nada, con quien no habías construido
nada, con quien no tenías planes y con quien no has vivido nada. Quizás estas
luchando por el amor verdadero y a mí solo me has usado para el entrenamiento y
espero que sí es así te haya servido de mucho.
El dolor es tan grande, tan intenso, tan arrasador que ha
llegado a poder conmigo, me ha derrotado, me ha destrozado, me ha hecho cenizas
y ellas vuelan por el aire donde les lleve el viento.
No sé ni quien soy, me siento ser la persona que no ha sabido
mantenerte enamorada, que no ha sabido avivar la llama de este amor que
teníamos, me siento derrotada, me siento perdida, me siento como después de una
brutal paliza. Me culpo porque pensaba que te daba todo, de hecho te lo he
dado, pero jamás te di lo que tu necesitabas. Tú tampoco pedias nada, y es muy difícil
adivinar lo que alguien necesita.
No quisiera que nada
hubiera pasado así, quisiera que hubieras tenido el valor de contarme que sentías
que te perdías de mi mano, que ya no me mirabas igual, que mirabas a otra…pero
no tuviste el valor de hablar, tuviste el valor de meterte en su cama, sin
pensar en nada, ni en mi siquiera ni en el daño que me podías hacer, en la vida
que me podías destrozar.
No has pensado por un momento en que yo estaba aquí?
Esperando por ti, por llegar a casa y contarte el duro día de trabajo y que me
abrazaras consolando mi cansancio físico, en llegar y felicitarte por haber
superado esas pruebas físicas que tanto temías y me encuentro con la
infidelidad en tu mirada y que ya habías celebrado con ella tu esperado ascenso.
Eso es tan difícil de creer, tan vergonzoso de asimilar, tan humillante y tan
poco humano.
Ese acto que has criticado tanto…que repetías sin cesar, yo
no podría, yo antes de hacer eso, yo hablaría, yo no podría mirarte a la cara
mientras que te estoy engañando….y siempre te lo dije, no se puede escupir para
arriba porque te cae encima, es algo inevitable.
Ahora serás tú la criticada, serás
tú la que no vean con buenos ojos, serás tú en la que quizás alguien no vuelve
a confiar ciegamente.
Creo que aunque seas
feliz en esta nueva etapa que has comenzado al salir huyendo, creo que tú misma
te críticas, tu misma sabes que le has fallado no solo a mí, que me diste tu
palabra de lealtad, sino a tus propios principios, esos principios que te van a
perseguir toda la vida, yo no voy hacerlo, de hecho he dejado de hacerlo y he
decidido desde el primer día que tienes derecho a vivir tu vida, que tienes
derecho a ser feliz, a salir de esta cárcel en la que estabas atrapada en un
amor que te creías y no era cierto, un amor del que me hiciste creer que sería eterno.
Te dejo que vivas tu vida, no voy a molestarte absolutamente para nada. Vas a
vivir sin mí, no voy a rondar tu calle, ni tu móvil, no voy a llamarte más, he
comprobado, que así me sienta al borde de la muerte no tienes humildad alguna
para sacarme de él.
Me has demostrado con el paso de los días que no eres la persona
que se merezca ser mi esposa, no merecías ese lugar. Sinceramente, no me
mereces ni me has merecido nunca, ahora que abro los ojos es cuando soy capaz
de verlo. De ver que nunca te has tomado en serio nada, ni siquiera el respeto,
que es la base fundamental de una pareja.
Yo apostaba por ti y
por tu lealtad incluso mis manos, si esas apuestas fueran ciertas, ahora mismo
lloraría por ser tan tonta de perder mis manos por alguien que aun sabiendo que
yo las perdería me falló.
Y siento que no me puedan salir otro tipo de palabras hacia
ti ahora mismo, te has ganado a pulso todas y cada una de mis letras, que como
siempre las escribo desde la educación, el respeto que aun te tengo, que no es
otro que el que te mereces y el gran dolor que siento.
Quizás otro día, mañana mismo escriba otras cosas muy
diferente, y si es cierto que te escribo a ti, que me dirijo a ti pero no tengo
intención ninguna en que leas mis letras, pues afirmo que tampoco te las
mereces.
Lo único que considero que mereces en la vida, es eso vivirla
y ser feliz, me alegrare algún día que esa felicidad no sea a mi lado porque
gracias a ti, a tu falta de respeto, a tus actos, y a tu poca humildad me he
dado cuenta que no merecías ser mi esposa.
Fue un bonito sueño
imaginarlo, pero a la vez un gran error.”