Señora donde la haya, hija, madre, esposa, abuela y
bisabuela.
¡Vámonos a la playa de la caleta! y por la calle una excursión
de niños en traje de baño directos a pasar un día en familia.
Baños, almuerzos, cenas, haz la casa, las camas, lava y
plancha la ropa. En esta casa tan chica, patio de vecinos. Dando amor toda la
vida, nacida para criar, para enseñar y educar.
Nacida para querer y ser querida. Mirada de niña y sonrisa de
abuela.
Cabello blanco y manos cruzadas. Medias hasta la rodilla y
medalla en el pecho.
La luz de muchos y la energía
de todos.
¿Qué habrás sentido tú al dejarlos? Respondiendo por ti, egoístamente,
estas en la gloria, en la mejor compañía y orgullosa del legado que dejas,
ahora roto, pero fuerte.
Nunca la muerte pudo con ellos y sabes que no podrá.
Nacida para querer y cuidar seguirás haciéndolo desde tu
recuerdo y seguirás latiendo en los corazones de los tuyos llenos de energía.
No puedo decir nada más sobre ti. Siento no haberme despedido
con un abrazo, ahora me pesa y se muestra en forma de lágrima. Sé que dejas
almas rotas aunque a mí solo me duele una de ellas, pero sé que es la más
fuerte y la que más brilla…dale tiempo.
Entre todos la cuidaremos por ti, Doña Charo, ha sido un placer coincidir con usted en esta
vida, nos veremos en la próxima.