jueves, 23 de marzo de 2017

Hoy vuelvo a escribir...

Hoy vuelvo a escribir, y vuelvo a escribirte a ti una vez más. 

Mi musa, mi inspiración, mis letras en estos días en los que la sonrisa invade mi cara…

Mi niña, que te siento mía sin serlo, que te tengo y no te tengo, que no me importa compartirte y a la vez no lo soporto. Que te quiero para mí y a la vez para el mundo, que quiero tus abrazos en mi cuerpo y tus besos en mi boca.

Que no me gusta imaginarte en brazos de nadie, que me da rabia no poder ser yo la que te llene de caricias y te haga disfrutar hasta el amanecer.

Que mis días se hacen muy largos cuando no estas, y siento una bomba explosiva cuando apareces de nuevo. 

No puedo decir que me siento morir si no te siento, no seria cierto, pero si siento la necesidad de sentirte cerca, sin más, sin complicaciones sin meditaciones ni exigencias.

La vida nos da justo las cosas que necesitamos para aprender y evolucionar, ella se encarga de ponernos delante lo que es necesario para nosotros y para que podamos entender las cosas que nos ocurren, aunque a veces sea lo que hace sentir mal a otro…

No es un malestar demasiado malo, más bien diría que solo es una sensación que no me aporta nada bueno, una experiencia mas que sentir. 

Como ya te dije amor, quiero sentir todo contigo…y también me ha tocado la experiencia de saber que otros brazos te abrazan, que otros besos te besan, que otras manos te tocan y que otro cuerpo te atrapa…


Es ese sentimiento de rabia mezclado con coraje y miedo a la vez, rabia de no poder tenerte entre mis brazos, coraje de que otros besos sean los dueños de tu boca y miedo de que te hagan sentir y perderte en ellos sin permiso.

miércoles, 22 de marzo de 2017

El beso que me debes.

El beso que me debes viene cargado de conversaciones al teléfono, de noches hasta las tantas, de poesías por escribir, de versos por leer, de caricias por la espalda, de escapadas, de tormentas dentro de un coche, de rosas en el salpicadero, de una caja llena de sentidos que a la vez está por llenar de recuerdos.

El beso que me debes está lleno de miedos, de dudas, de celos, de inseguridad, de sonrisas a media asta, de silencios que lo hablan todo, de noches de desvelo pensativo, de amaneceres nocturnos, de acercamientos lejanos, de placeres resentidos, de hablar de más y callar de menos.

El beso que me debes está lleno de tus cosas por mi casa, de nuestras fotos, de tu anillo en el espejo del baño, de castillos medievales, de libros regalados, de canciones dedicadas.

El beso que me debes está lleno de te echo de menos, de miradas calladas, de “te quieros” en la arena de una playa, de un no te vayas en la puerta de una casa con las maletas en la mano, de un date la vuelta y nos abrazamos, de podemos con esto y con más, de salir corriendo en mitad de un parking, de volver de nuevo al lugar de inicio, de no te quiero perder, de sin ti no quiero seguir.

El beso que me debes está lleno de desayunos delante de la chimenea, de viajes hasta el fin del mundo, de kilómetros recorridos, de cortar el césped a medias, de conciertos, de recitales, de sorpresas en mitad de la noche, de baja corre que aquí estoy, de voy a verte el viernes y de este fin de semana no hagas planes.

El beso que me debes está lleno de vacaciones en Septiembre, de viajes por hacer, de estanques sin tortugas, de baños en una piscina que aun esta por limpiar, de mirar las estrellas en medio de la nada, de abrigarse con solo un abrazo.

El beso que me debes está lleno de besos delante de una ventana, de abrazos profundos, de miradas impacientes, de noches sin dormir, de sentirse, de olerse, de tocarse y de perderse.

El beso que me debes está lleno de ti, de mí, de nuestras lágrimas al separarnos, de querer y no poder, de poder y no querer, de tirar la toalla y volverla a recoger, de desaparecer, de no saber de ti, de que no sepas de mí. Está lleno de inmadurez, de desastre y de daño.

El beso que me debes está lleno de descuidarse, de no mimarse, de no valorarse. Está lleno de vaivenes de amor, de no soportar la situación.
El beso que me debes está lleno de llevarse bien, de saber funcionar, de querer intentarlo, de volver a caer sin hacer nada por evitarlo.
El beso que me debes simplemente está lleno…

El beso que te debo esta tan lleno como el tuyo, está esperando unos labios que lo completen, un suspiro a un centímetro de él, un no voy a volver a irme ni voy a permitir que te alejes, un ven aquí  cállate y bésame…

El beso que te debo quiere la calma no la tormenta, el beso que te debo quiere la claridad no la oscuridad, el beso que te debo quiere volar…


El beso que te debo quiere tu beso…

martes, 21 de marzo de 2017

Estrellas fugaces


He tenido que aprender a volar para tenerte cerca. Al principio me resultaba bastante complicado ya que estas alas eran demasiado pequeñas.

No podía creerme que tu me llamaras de tal manera que me hicieras transportarme a tu lado, en apenas segundos, tu necesidad es tal que solo mis manos pueden calmarla, que no te sirven otras manos mas dispuestas que las mías.


Cada noche deseo su sueño para poder llegar a ti, llegar hasta ese sitio donde callada quiero estar, donde me encanta refugiarme; ese lugar en el que creo mis ilusiones y aparco mis miedos; en aquella cuna de mimos en la que me invitas a soñar; en tus brazos, en esos que me dan el calor que necesito, el que llevas dándome todo este tiempo y el que poco a poco se ha convertido en fuego.

Como fuego que quema bosques enteros te estas quemando, te arden las manos y la piel se arruga. Así como el fuego incontrolado busca el oxigeno para poder avivarse tú buscas en mi el aire necesario para no ahogarte.
 
Pero si el mar necesita golpear las rocas para desenredarse yo necesito apretarte conmigo para revolver todos mis sentidos.

No quiero conservar la cordura, quiero desatarme, perderme, confundirme, despeinarme; tener la oportunidad exacta en el momento adecuado para darte todo aquello que soñamos, que imaginamos.

Al mismo tiempo deseo con todas las fuerzas mantener la calma, pensar, masticar y saborear antes de tragar este bocado.

Pero poco a poco me han crecido las alas, se han hecho gigantes y pueden soportar todo el peso de esta ilusión que llevo conmigo, que te llevo cada vez que me acerco a ti.

Adoro el hecho de saber volar, la capacidad de que vivas en mí, de crear una ilusión que no es otra que la manera de darte la bienvenida a mi interior.

Amo el amor que me transmites, es tan gratificante que me invita a quererte, por eso aunque solo pueda oírte, aunque la luz de tus ojos no me alumbre y aunque no pueda verte, sé que te quiero, por lo que despiertas en mi; por un mundo lleno de ilusiones y sueños, por la creación de cariños inexplicables, también sé que, no dejaré de hacerlo.