viernes, 6 de agosto de 2021

Memoria selectiva

 

Te oigo hablar de algunas cosas de nuestro pasado y no sé porque mi mente decidió olvidarlas…eso de la memoria selectiva a veces es una maravillosa ventaja, me ahorro una gran variedad de malos recuerdos.

Luego me cuentas sobre tu nueva vida y te juro que me repugna oír tanto detalle, pero seguro que mi memoria hará el mismo trabajo y lo olvidaré enseguida.

Cada persona que pasa por mi vida me deja una huella, un aprendizaje, una sensación y posiblemente un recuerdo, pero pienso en quien era yo antes de ti y te mereces un monumento.

Tanto aprendí, tanto cambié, tanto superé…probablemente seas la persona de la que más me he beneficiado.

Por cada vez que con tus manos y tu boca controlaste mis actos, mis amigos, mi trabajo y mi libertad, yo aprendí a caminar un poco más rápido.

Por cada grito que mis oídos tapados intentaban evitar que entrara en mi pequeña cabeza mi vista subía un centímetro.

Por cada insulto que recibía y lanzabas mi autoestima al subsuelo mi frente con el tiempo se alzaría sin control.

Por todos los actos de odio que, con todo el amor que decías que me tenías, tú dañabas mi alma y me anulabas las ganas, con todos esos yo me hice una soga.

Por cada vez que me tumbabas como en un ring de boxeo y me escupías tus traumas a la cara yo me cosí la boca y nunca más te pedí que parases.

Por cada vez que sentí el golpe de tus manos contra mi espalda yo aprendí a darme la vuelta, a darte la cara y a retarte para que me dieras mas y mas fuerte.

Por cada vez que rompiste mis recuerdos, los esparciste a trocitos por el suelo y quedaron sin arreglo yo sentía más cerca a los míos, a mi familia, a mi madre.

Aunque ella nunca se fue y con sus manos de madre guerrera me saco de allí. He de reconocer una vez más que le debo la vida, me salvó en todos los sentidos en los que puede salvarse a una persona.

Podría seguir pero no quiero hundirte. Entonces llego el día, cogí mi vista que miraba el horizonte el cual estaba lleno de cosas nuevas por vivir, cogí mi frente, alta y serena y entre mis manos encontré una soga construida con derrotas, humillaciones, dolores, sangre, quemaduras, rozaduras, insultos, odio y la usé para atarte las manos y quitarte todos los permisos que yo misma te había dado para que pudieras dañarme y anularme, entonces comencé a andar rápidamente y sin mirar atrás.

No fue difícil, si lo hubiera aprendido antes…todo lo que me habría ahorrado. Pero la vida te enseña las cosas hasta que las aprendes, si necesitas que sea a la novena, nueve veces te lo va a enseñar o las que sean necesarias.

A día de hoy no entiendo como hay personas que después de toda una vida no aprenden algunas lecciones…pero eso ya es asunto suyo. Probablemente necesitan superar el miedo. No es natural temer a la persona que se ama. No querer pestañear por miedo, ni hablar, ni moverte o incluso respirar dormida puede ser aterrador.

Yo aprendí, a base de golpes pero lo hice. Soy la persona que quiero ser y estoy orgullosa de eso, de las guerras ganadas y las batallas perdidas y saber que todo es un aprendizaje.

Mi memoria olvidó muchos momentos que para ti fueron felices…yo en cambio lo eliminé y por más que me esfuerce en recordar, cuando te oigo contármelas me parece que me hablas de una película en la que me quedé dormida.

Te doy las gracias por todo lo que me hiciste crecer y lo fuerte que puedo llegar a ser, te perdoné hace bastante tiempo y pasé la página de mi libro, esa tan negra que yo recuerdo tan borrosa y quedó aplastada por historias y personas preciosas que pasaron por mi vida y me acariciaron las cicatrices con besos.

Hoy vuelvo a escribir sobre esto para no olvidar quien soy, de donde vengo,  quien fui, donde no volveré a estar y por supuesto quien no volveré a ser jamás.


AUDIO

No hay comentarios:

Publicar un comentario