Todos me decían que te
dedicara unas líneas, que diera rienda suelta a mi imaginación para escribir
algo bonito sobre ti y mi respuesta siempre era la misma, que no me sentía con
motivos suficientes como para inspirarme.
Hoy es el día en que
llegó a mí la inspiración y me ha permitido dedicarte mi tiempo, mis ganas y mi
sentimiento plasmándolo para que podáis leerlo y recapacitar sobre ello.
Se han escrito muchas
cosas sobre ti, pero faltaba una, y esa era la mía, mi manera de ver la amistad
y de sentirla bajo mi punto de vista es diferente y quiero mostrarlo al mundo.
Tener amigos es muy
importante, diría que imprescindible, los tenemos desde que nacemos, comenzamos
desde la infancia jugando en el patio del colegio, seguimos en la adolescencia,
teniendo primeras experiencias, continuamos en la edad adulta conservando
aquellos que siguen a tu lado y acogiendo a nuevos que se unen al camino. Un
camino duro que es la vida y que cada uno de ellos se encargara de hacértelo más
tranquilo o de llenarlo de sobresaltos.
Yo, tengo amigos que llevan
conmigo toda una vida, aún los conservo y pienso hacerlo muchos años más,
también tengo amigos que se unieron a mí más tarde y no son menos y algunos que
se van animando a caminar conmigo y se ponen a la altura de los demás apenas
sin esfuerzo.
Puede que en algún
momento aparezca una piedra en el camino, que te haga dudar, decaer o incluso
retroceder, pero no te sentirás solo si tienes un amigo cerca.
Y si algún día es tu
amigo el que decae, duda o retrocede, le darás tu mano para acompañarlo y
ayudarle a pisar fuerte en cada paso y así ayudarlo a no caer más, e incluso si
vuelve a caer, seguir estando allí.
No necesito una poesía
bonita y sonante para explicar lo que quiero decir sobre ti, solo necesito
exprimir mi sensibilidad, que es mucha, y escribir lo que suena en mi mente.
Hoy he sentido la
amistad más fuerte que otros días, hoy noté que me necesitabas con sólo una
palabra, ahí fui yo, teletransportándome hacia tu escondite para darte el más
lindo abrazo que un amigo puede dar, sentí tu calor en la distancia, tu corazón
se calmaba lentamente. Y yo que pensaba que no podrías sentirlo….que incrédula,
creí que sólo abrazándote podría calmarte y no fue así, pude abrazarte sin
estar allí, sin verte, sin tenerte cerca, y parecía real, tanto que el
resultado fue el esperado.
Me quedo con la suerte
de tenerte en mi vida, la satisfacción de contar contigo, el placer de
sentirte, el orgullo de quererte y el honor de despertar en ti una sonrisa.