Cuando la vida te lleva de la mano y te cuida durante el
camino se hace todo mucho más fácil y cómodo, cuando sientes que te cuidan y
que te miman.
Cuando el amor te da el abrazo y te susurra al oído que todo
lo que recibes te lo mereces, que te pertenece todo lo que ahora vives.
Cuando la ilusión y el respeto se acuestan en tu cama y te
arropan en las noches frías. Entonces es cuando duermes mejor, cuando alguien con
su calor te cubre la espalda.
Cuando yo me encontré contigo no sabía lo que iba a pasar, ni
me lo hubiera imaginado en cien vidas, ni me lo habría creído si alguien viene
y me lo cuenta.
Porque cuando yo me encontré contigo no creía en el amor, ni
en la ilusión, había dejado de creer en querer bonito y en recibir, sobre todo
en recibir. Tenía roto el amor y con muy poquito has conseguido repararlo.
Tú, que con esa sonrisa me alegras las mañanas.
Tú, que cuando me miras me iluminas por dentro y se me nota
por fuera.
Tú, que eres el rojo en mis días y la luz de mi sonrisa.
Tú, que con el sonido de tu risa me haces feliz.
Tú, que no encuentro palabras para expresar lo increíble que
eres y lo que aprendo contigo y me sorprendes cada día.
Tú, que me das todo lo que tienes y recibes todo de mí.
Porque cuando la vida te lleva de la mano correcta no hay
dudas.
Porque cuando el día se complica se arregla con un baile y
muchos besos.
Porque no quiero, ni puedo estar sin ti.
Porque cuando me miras me amas y cuando me amas me llenas.
Eres el gran amor de mi vida.