viernes, 7 de septiembre de 2018

Abuela Sauce





Cuenta la historia que una chiquilla perdida quiso encontrarse. Y así fue…

Pero no vamos a hablar ahora de la chiquilla. Hablaremos de la maravilla con la que ella se encontró.

Puedo decir que casi era el paraíso, el lugar maravilloso en todos los sentidos. Sobre todo porque allí se va a sentir tanto que no podré plasmarlo todo aquí.

Personas con el alma en los brazos, con el beso en los ojos, la caricia sincera, el abrazo eternamente agradecido.

La bondad y la generosidad unidas palma con palma formando un circulo en movimiento.

Ojos que te hablan sin necesidad de tener que oír nada.

Sigo sin encontrar palabras para describir la experiencia. Hasta hoy una de las mejores de mi vida…

“Deja que te inunde como olas de la mar” así es ella, te inunda de su gran ser y su gran sabiduría.

“Abre el corazón y lo entenderás” abrir el corazón no siempre es posible, pero tú lo haces muy fácil.

Mujer poderosa donde las haya, grandiosa de espíritu y enorme de amor…

No podía imaginar que una persona así aparecería en mi vida para enseñarme tanto como he aprendido.

Abuela sauce te llamé, porque así te veo, como la madre tierra, la sabiduría y la experiencia en tu piel.

Unos ojos que te calan el alma y te llenan el corazón y una voz que te calma incluso cuando estás asustada.

Te oí decir que cuando mueras será todo esto lo que habrás dejado. 
Pero tú nunca morirás, has sembrado tantas semillas en tantas personas que tus frutos seguirán vivos y con ellos tú siempre.

He aprendido mucho de toda esta experiencia y me siento enormemente agradecida y feliz de haberla compartido con unas personas tan maravillosas como las que me he encontrado.

No fui a encontrarme con el “primordial” ni siquiera sabía que era, yo fui a encontrarme con personas que sin conocerme de nada, me han cuidado y me han aceptado como soy. Me han hecho feliz sin motivo y me han regalado lo mejor que tienen. Me han dado su mano, me han enseñado mucho, porque he aprendido algo de cada una de ellas. Me han valorado y me han aportado cosas maravillosas.

Me han llenado el alma de muchas emociones y todo eso es gracias a ti, mi querida Abuela Sauce, por hacer lo que haces, por amar tu trabajo y por amarnos a nosotros como lo haces. Por poner en cada vivencia todo lo que llevas dentro para que personas como yo puedan recibirlo.

Gracias de nuevo, volveremos a vernos.