El beso que me debes viene cargado de conversaciones al teléfono,
de noches hasta las tantas, de poesías por escribir, de versos por leer, de
caricias por la espalda, de escapadas, de tormentas dentro de un coche, de
rosas en el salpicadero, de una caja llena de sentidos que a la vez está por
llenar de recuerdos.
El beso que me debes está lleno de miedos, de dudas, de
celos, de inseguridad, de sonrisas a media asta, de silencios que lo hablan
todo, de noches de desvelo pensativo, de amaneceres nocturnos, de acercamientos
lejanos, de placeres resentidos, de hablar de más y callar de menos.
El beso que me debes está lleno de tus cosas por mi casa, de
nuestras fotos, de tu anillo en el espejo del baño, de castillos medievales, de
libros regalados, de
canciones dedicadas.
El beso que me debes está lleno de te echo de menos, de
miradas calladas, de “te quieros” en la arena de una playa, de un no te vayas
en la puerta de una casa con las maletas en la mano, de un date la vuelta y nos
abrazamos, de podemos con esto y con más, de salir corriendo en mitad de un
parking, de volver de nuevo al lugar de inicio, de no te quiero perder, de sin
ti no quiero seguir.
El beso que me debes está lleno de desayunos delante de la
chimenea, de viajes hasta el fin del mundo, de kilómetros recorridos, de cortar
el césped a medias, de conciertos, de recitales, de sorpresas en mitad de la noche,
de baja corre que aquí estoy, de voy a verte el viernes y de este fin de semana
no hagas planes.
El beso que me debes está lleno de vacaciones en Septiembre,
de viajes por hacer, de estanques sin tortugas, de baños en una piscina que aun
esta por limpiar, de mirar las estrellas en medio de la nada, de abrigarse con
solo un abrazo.
El beso que me debes está lleno de besos delante de una ventana,
de abrazos profundos, de miradas impacientes, de noches sin dormir, de
sentirse, de olerse, de tocarse y de perderse.
El beso que me debes está lleno de ti, de mí, de nuestras lágrimas
al separarnos, de querer y no poder, de poder y no querer, de tirar la toalla y
volverla a recoger, de desaparecer, de no saber de ti, de que no sepas de mí. Está
lleno de inmadurez, de desastre y de daño.
El beso que me debes está lleno de descuidarse, de no
mimarse, de no valorarse. Está lleno de vaivenes de amor, de no soportar la situación.
El beso que me debes está lleno de llevarse bien, de saber
funcionar, de querer intentarlo, de volver a caer sin hacer nada por evitarlo.
El beso que me debes simplemente está lleno…
El beso que te debo esta tan lleno como el tuyo, está
esperando unos labios que lo completen, un suspiro a un centímetro de él, un no
voy a volver a irme ni voy a permitir que te alejes, un ven aquí cállate y bésame…
El beso que te debo quiere la calma no la tormenta, el beso
que te debo quiere la claridad no la oscuridad, el beso que te debo quiere
volar…
El beso que te debo quiere tu beso…
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