miércoles, 4 de enero de 2017

La felicidad también es un lugar


Puedo explicártelo mil veces, pero las palabras que usaré serán siempre las mismas.

Puedes preguntar de millones de formas pero obtendrás la misma respuesta.
Pueden interrogarme sobre el tema y sin más volveré a explicarlo.


Podemos hablar de este asunto durante horas y eternamente, una vez más, volverás a oír la misma respuesta.
La verdad.

No me importa el sitio, la ciudad o la casa en la que estemos. Me importas tú y estar a tu lado. Poder reírme a carcajadas mientras me pides por favor que pare, “que te meas”!

No me conformo con ciertas cosas que me propones, simplemente no quiero y no quiero, directamente sabes que me niego. No es capricho, puede que antes lo fuera, ahora es puramente necesidad.

Francamente tú no quieres que yo me conforme con nada de eso por eso sabes que no voy hacerlo.

Sinceramente, es que no sé como hacer para que pasen los días más rápido. No sé sin ti.

Tú dices que los días pasan volando, que ni siquiera nos damos cuenta de como van pasando, que cuando nos demos cuenta ya están aquí…es cierto, pasan rápido, volando, sin darnos cuenta…pero solo cuando estamos juntas.

Cuando te tengo cerca se me olvida el mundo. Queremos vivir tantas cosas, queremos viajar tanto, visitar lugares, caminar por la playa, desayunar tostadas, probar los platos más exquisitos, pasarnos horas bebiendo té bien caliente, hablar sin parar, reír, llorar, escuchar nuestras canciones una y otra vez sin cansarnos, fantasear, hacer realidad nuestros sueños, sorprendernos de madrugada con un encuentro inesperado, echarnos fotos, conocer gente nueva, enfadarnos para luego arreglarnos a besos, llevarnos la contraria para acabar pensando igual, cuidarnos cuando lo necesitamos, apoyarnos, querernos, disfrutarnos…pero una vez más mi amor, te digo y te repito, que no me importa el lugar. No debería importarnos.

Qué más da si Murcia, granada, Sevilla, salamanca, Toledo Guadix o Córdoba. Que importa el decorado con el que deleitarnos la vista si a mí quien me alegra la mirada eres tú.
Que diferencia puede haber entre una playa, una plaza, un paseo junto a un río, una calle estrecha o una catedral. Dime mi niña que diferente puede ser un lugar de otro mientras vayamos tú y yo caminando de la mano.

No existe diferencia alguna entre ellas, solo tienen una cosa en común. Sea donde sea, si estoy a tu lado, yo estoy feliz.

“Tranquilo, que ya llega, ya puedes vernos,
entrando con paso triunfal por la avenida,
ya puedes vernos, ya casi estamos,
como esos días de luz que preceden a la primavera
aunque sea febrero y el calendario se empeñe en desmentirlo.
Esos días somos nosotros,
el calor que llega,
el anuncio de la vida,
míranos,
que ya llegamos,
llevamos tiempo así.
¿No lo ves?
La felicidad también es un lugar
Somos nosotros
Somos nosotros”



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