Mientras mi gato juega con tu pelo yo me imagino durmiendo
junto a ti noche tras noche y sueño con ello…
También me imagino cocinando a tu lado recetas del día a día.
Hace un tiempo que eres el primer pensamiento que tengo al
despertarme y el ultimo al acostarme.
Pienso en lo suave que tienes la piel, en lo mucho que me
gusta acariciar tu rostro mientras tu cara hace un pequeño movimiento de
acercamiento. Podría quedarme en ese momento horas enteras.
Pienso en lo estirado que llevas el pelo cuando lo llevas
recogido y lo mucho que se enreda entre mis dedos cuando está suelto.
Pienso en tu sonrisa, preciosa, alegre, perfecta, honesta y también
pienso en tu risa.
Pienso en tus manos con las mías, en cómo me acarician
mientras me observas.
Pienso en tu esencia caminando por mi cuerpo y en tus ojos
clavados a los míos. No puedo dejar de pensar en ellos, en lo bonitos que son y
en todo lo que me trasmiten. Como puedo sentir tu mirada así de dentro aunque
no me estés mirando, solo con pensarla.
También pienso en tu voz, pero no consigo recordarla, no soy
capaz de oírte repetir algunas de tus frases típicas, ni la recuerdo llamándome,
ni pidiéndome un beso con cara de suplica, ni diciéndome todos los planes que
quieres que hagamos juntas.
Me siento triste porque no consigo recordar como suenan tus “te
quiero” en mi oído, ni tampoco tu discurso para convencerme de que el amor para
toda la vida existe.
No sé qué significa exactamente, no lo sé pero cuando estoy
lejos de ti no puedo recordarte entera y me encuentro perdida, sin rumbo y
nerviosa.
No sé cómo voy a solucionar esto pero detesto no recordar el
sonido que haces al hablar, solo sé que me muero por oírte y que tu abrazo me dé
la calma que no encuentro en estos momentos.
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