Que no me despierten, que no se acabe este maravilloso sueño,
ni tampoco la sensación que siento cuando te miro.
Por un instante no quise iniciar nada, por miedo, tenía
demasiados, todavía conservo algunos que lento van desapareciendo, pero sé que
se irán… tú te estás encargando de ello, pero ahora no dejo de pensar que no
quiero que se acabe, porque me encanta lo que siento, lo que vivo y lo que
vendrá.
Como dice mi buena amiga, estoy en una nube. Sinceramente,
encima de una nube se vive muy bien y no me apetece para nada bajarme de ella.
La sensación, el deseo, las ganas, las sorpresas, los
detalles, las miradas, los avances, la ilusión, la pasión, las caricias y tus
manos con las mías…
Miro hacia atrás y no me puedo creer donde hemos llegado y
todas las cosas que han cambiado, que has cambiado y logrado.
Me sale la sonrisa, es inevitable e imparable. Es algo que no puedo controlar y tampoco quiero hacerlo. Si tengo una sonrisa tan bonita, ¿Por qué iba a dejar de sonreír?
Estoy segura de lo que quiero, ya lo sabes, de que te quiero,
también lo sabes, pero sobre todo estoy totalmente segura de que no quiero
dejar de sonreír como lo hago ahora.
Eres el motivo de muchas de mis sonrisas y tengo que decirte
tres cosas sobre eso:
Me
encanta, sigue haciéndolo así de bien y muchas gracias mi amor…
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