He oído el cuco de tu vecina muchas noches, no tantas como
tú, pero fueron muchas.
Siempre diez minutos antes de la hora en punto. Se ve que la
mujer no quiere llegar tarde nunca.
Al oírlo me ha parecido un sonido enternecedor, me recuerda
al reloj de cuco de mi abuela.
Creo que tú ni lo oyes, como le pasa a la gente que vive en
un piso junto a las vías del tren, que se acostumbran y dejan de oír algunos
sonidos.
Pues pienso q estás acostumbrada a su sonido y no lo escuchas.
Si dejara de sonar, ni siquiera lo echarías de menos, es algo
que al principio te sorprendía o incluso te molestaba y gracias a la costumbre
no es nada importante.
Pero él está ahí, al otro lado de la pared, sonando cada hora
y solo puedes oírlo si le prestas un poquito de atención.
Dicen que antes, hace mucho, solo había en las casas relojes
cucos a los que había que darles cuerda y cuidarlos con esmero.
Las personas, somos, en cierto modo, como esos relojes. Si no
nos dan cuerda para sentirnos enérgicos y fuertes podemos empezar a ralentizarnos
hasta pararnos por completo.
Si no nos cuidan bien nos deterioramos como un reloj de cuco,
perdemos nuestro brillo y empezamos a fallar.
Quizás este quiera enseñar algo. Al estar adelantado avisa
que el futuro en inminente. Al no estar en hora dice que las cosas a destiempo
no son menos bonitas. Te enseña lo larga o corta que puede ser una hora. Te avisa
del desvelo. Sabrás que en solo diez minutos puedes estar en el ayer siendo hoy.
Te muestra la hora que está por venir y con ella la que estás viviendo justo
ahora.
Todo esto con tan solo un sonido, que será sin duda alguna “el
cuco de tu vecina”
https://youtu.be/rAjZ6YTWKCE
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